lunes, 9 de marzo de 2015

MOBBING O ACOSO PSICOLÓGICO

Por Walter Laitano



Este tema es bien controvertido pues nos ha pasado a cualquiera de nosotros en nuestros ambientes laborales y educativos, la confusion de terminos y que no existan un acuerdo entre teóricos para su conceptualización lleva a que no se puedan crear las bases legales para proteger a los trabajadores y estudiantes que lo han vivido y los que lo viven a diario.

Actualmente uno de los acosos más de moda y que está siendo investigado en muchas esferas sociales y en muchas instituciones ya sean empresariales y últimamente en el aula de clase es el Moobing o Acoso Psicológico.  La inclusión de este término en la vigesimoprimera edición del Diccionario de la Lengua Española coloca en el relieve que se trata de una pauta con actuaciones importantes en el habla y se utiliza con el anglicismo porque es el que ha abierto brecha en las estructuras mentales, lingüísticas y jurídicas de muchos países del mundo especialmente en los de habla hispana.

Este tipo de acoso proviene del término inglés “mobbing” que es el gerundio de “to mob”, que literalmente significa “atacar” (Bosqued-Lorente, 2004). Existen diferentes designaciones para esta clase de acoso como el llamado “acoso laboral” o “acoso psicológico en el trabajo”, ya que de allí se inicio su estudio, “acoso institucional” porque se desarrolla en los ambientes de instituciones empresariales y educativas, “psicoterrorismo”, pretende crear un terror psicológico en la victima.

Leyman (1996) citado por López-Cabarcos, Picón-Prado y Vázquez-Rodríguez, define el Mobbing como:
Comunicación hostil y desprovista de ética que es administrada de forma sistémica por uno o unos pocos individuos, principalmente contra un único individuo, quien, a consecuencia de ello, es arrojado a una situación de soledad e indefensión prolongada, a base de acciones de hostigamiento frecuentes y persistentes (definición estadística: al menos una vez por semana) y a lo largo de un prolongado período (definición estadística: al menos durante seis meses) (p. 168).

Leyman expresa que para ser considerado como mobbing debe tener una frecuencia de al menos un episodio de ataque semanal durante seis meses, así se excluye conflictos pasajeros u otro tipo de problemas derivados de las relaciones interpersonales, producto del estrés, incompatibilidad de caracteres o simplemente por un mal día, que si bien, afectan el estado anímico del que sufre dichos enfrentamientos, no constituye conducta de acoso psicológico.

Leymann además es el responsable de la descripción operativa del mobbing diseñando  un inventario (Inventario de acoso laboral de Leymann), que consta de 45 actividades típicas del mobbing distribuidas en cinco grandes apartados.

1.    Limitar la comunicación 
2.    Limitar el contacto social 
3.    Desprestigiar su persona ante sus compañeros 
4.    Desprestigiar y desacreditar su capacidad profesional y laboral
5.    Comprometer la salud

Este acoso nace principalmente en el área laboral, desde tiempos inmemorables, el ser humano ha tratado de mantener bajo su control a otras personas a punta de arma y cañón, provocando miedo, no obstante, es hasta finales del siglo pasado que se vuelve objeto de estudio, especialmente en España y en otros países de Europa. Jesús Morat Vidal (2002) en su estudio “Incidencia del Mobbing o acoso psicológico en España” encuentra que 1 de cada 3 trabajadores activos manifiesta haber sido víctima de maltratos a lo largo de su experiencia laboral, siendo los jefes o supervisores los principales actores de tal acoso con el 70,39%, los mismos compañeros con un 26,06% y con un 3,55% los subordinados, el 16% manifiesta ser objeto de mobbing durante los últimos seis meses con una frecuencia semanal.

España junto a Francia se convierte en una de las principales naciones de mundo que, a partir de la década de los noventa, empieza a buscar la forma de legislar y tipificar como delito al Mobbing, algo que la sociedad sueca ha logrado declarándolo como “recurrentes acciones reprobables o claramente hostiles frente a un trabajador o trabajadores”, en un proyecto de ley italiano se define como "los actos y comportamientos llevados a cabo por el empresario, o por los sujetos que tengan una posición jerárquicamente superior o igual grado o categoría en el conjunto de los trabajadores, hechos con el propósito de dañar a un trabajador con carácter sistemático, de modo perdurable y clara determinación"

José Vicente Rojo y Ana María Cervera, en su obra “El mobbing o acoso laboral” (2005), proponen dos orígenes distintos del surgimiento del mobbing en los centros de trabajo, el primero es el que se inicia por un acosador o grupo de acosadores ante la víctima o víctimas, debido a que la persona acosada es diferente a ellos, tal diferencia puede radicar en que la víctima sea más brillante o de un alto perfil al ser más reconocida socialmente o simplemente porque quiera hacer las cosas con una nueva forma, innovando y creando nuevas formas, en resumidas cuentas puede ser inducida por la poca autoestima del acosador y la envidia de no poder realizar las cosas a la medida del acosado. El segundo origen se da siguiendo órdenes de los superiores, no solo del jefe inmediato superior, sino que, además, de la empresa en sí para lograr la “renuncia voluntaria” por parte del acosado y no reconocerle sus derechos laborales adquiridos después de un despido injustificado y premeditado.

La mayoría de las investigaciones coinciden en señalar que las víctimas del acoso laboral, son personas con elevado sentido de la ética que en muchos casos han renunciado a mantener una postura  y transigente con las situaciones injustas, propias o del entorno. También se han destacado otras características como autonomía, alta cualificación, empatía, popularidad, etc., a la vez que cierta ingenuidad y dependencia afectiva. Estos rasgos probablemente actúan como desencadenantes de los comportamientos de acoso, al ser percibidos como amenazantes por miembros de la organización (jefes y/o compañeros, principalmente).

El acosador de tal acoso contiene unos rasgos característicos, de los cuales los más habituales son la mediocridad, envidia, narcisismo, necesidad de control, inseguridad, oportunismo, falta de transparencia..., algunas descripciones sitúan estos rasgos en el ámbito de la psicopatología (rasgos narcisistas, paranoides y psicopáticos principalmente).

El mobbing académico o acoso académico

En las últimas dos décadas se ha empezado a estudiar el mobbing en otras esferas que no sea la laboral, sino que, en instituciones educativas donde se encuentran una serie de abusos por parte de los docentes hacia sus estudiantes, argumentando su “libertad de cátedra”, para poder menospreciar el trabajo de los educandos. En varios países europeos la mala praxis por parte de los catedráticos y su “pedantería”  al creer que como docentes todo lo saben, todo lo pueden y todo lo controlan, ha generado gran malestar en la comunidad estudiantil donde múltiples denuncias se hacen diariamente en los comisionados estudiantiles de derechos humanos para realizar las investigaciones del caso y hacer las correcciones necesarias.

Iñaki Piñuel y Araceli Oñate (2007) en su obra investigativa “Mobbing Escolar” definen el mobbing escolar como:
El concepto de mobbing escolar puede traducirse de manera correcta al español como “acoso psicológico” o “acoso escolar”. Representa la conducta de maltrato y falta de respeto al niño o a la niña que viola su derecho reconocido de gozar un entorno escolar libre de violencia y hostigamiento. (s.p.)

Cabe aclarar el término que podrían causar cierta confusión o controversia, en el caso particular, del bullying, el cual es el acoso físico y psicológico que sufren los estudiantes por parte de sus pares o de compañeros del mismo colegio pero de diferente grado, no obstante, hay teóricos como D´Olweus, que no está de acuerdo con dicha acepción por no ser muy adecuada desde un punto de vista lingüístico y aduce que es importante incluirlo en el concepto de mobbing o en el que traducimos por amenazas y acoso entre escolares. Posición no tan aceptada entre teóricos que aducen que, aunque tengan las mismas características y mismos resultados, los acosadores, en efecto, son diferentes.

El bullying presenta características visibles que los padres de familia y maestros pueden fácilmente detectar, aunque algunos como los nickname o apodos son muy comunes pueden no levantar sospechas, sin embargo, otros como el robo de dinero y libros, las amenazas, el ser elegidos por últimos en los equipos de juego y la dificultad de hablar en clase, donde se aíslan de todos y de todo.

En casa la detención de este tipo de acoso no siempre es platicando con el niño o joven afectado por su temor a que el ciclo de violencia aumente significativamente, no obstante, como lo expresa D` olweus el hecho de observar que regresan a la casa de la escuela con la ropa rota o con los libros rotos, van y vienen de la escuela por un camino ilógico, son indicios que algo extraño sucede en su entorno escolar.

Sukling y Temple (2006) proponen que la vigilancia durante el recreo es la forma más adecuada de cuidar de los educandos y evitar algunos episodios de bullying y aunque, puede convertirse en un momento de angustia para el profesorado que tienen que escuchar los problemas de los estudiantes en un patio de recreo ruidoso y ajetreado esto se convierte en un reto.

Los profesores Oñate Cantarero y Pinuel y Zabala en un estudio realizado en España, proponen 8 modalidades de acoso escolar determinando la siguiente incidencia:
1.   Bloqueo social (29,3%)
2.   Hostigamiento (20,9%)
3.   Manipulación (19,9%)
4.   Coacciones (17,4%)
5.   Exclusión social (16,0%)
6.   Intimidación (14,2%)
7.   Agresiones (13,0%)
8.   Amenazas (9,1%)

Ante tal situación la investigación lleva a pensar en una punta de Iceberg donde existe un 10% de agresiones que son observables, no solo por el padre de familia, sino que de todo el personal docente, sin embargo, la parte más grande del Iceberg, o sea, el 90% que corresponde a lo que no es observable como el hostigamiento, amenazas, intimidación, coacciones, exclusión social, bloqueo social y estigmatización. Tales acciones llevan al niño o al joven a no denunciar a su agresor, previendo un posible ciclo de violencia con mayor intensidad para evitar ser parte del hazme reír, burlas y venganza generalizada.

En este contexto es que se crea el concepto de “AVE” acoso y violencia escolar, que contiene el matonismo o bullying que conlleva violencia física (agresiones), intimidación física (amenazas e intimidación) sumado la violencia psicológica o mobbing que conlleva la violencia verbal (hostigamiento verbal y coacciones) y violencia social (exclusión social, bloqueo social y manipulación social).

Siguiendo el concepto de AVE el mobbing causa daños invisibles, específicamente en la psiquis del afectado, en su conducta hacia todos y todo. Los daños físicos representarían el 10% ya sea por heridas o golpes y el 90% representa el daño psicológico como ser, estrés postraumático, depresión, somatizaciones, ansiedad, ideación suicida, cambios en la personalidad, disminución de la autoestima, etc.

Aunque los calificativos anteriormente descritos son aplicables al bullying, son los mismos resultados que se obtienen con aquellos que viven constantemente acoso escolar o académico por parte de un catedrático, ya que ellos provocan ansiedad por parte del estudiante por la forma de hacerle algún cuestionamiento sobre la clase o al momento de calificarle un trabajo o un examen, además de sentirse amenazado(a) por el docente si este llega a decir algo a sus padres.

Lo que hace difícil la identificación de este tipo de agresión, es en resumidas cuentas, que se trata de un abuso de poder ejercida por un catedrático hasta por directivos, por lo que, al abordarlo, puede causar cierta protección por parte de las autoridades de la institución, y es allí, donde el conflicto se agrava, ya que se está hablando de las personas a las que se les ha entregado la educación de los hijos.

La cantidad de padres y educandos capaces de identificar y denunciar el mobbing académico, son pocos y la interrogante que nace es ¿Por qué? Interrogante que tienen una respuesta simple, porque sienten que no serán escuchados. Los docentes esconden su abuso con las llamadas “medidas disciplinarias” la que hoy en día le permite a los colegios un rango de criterio (o descriterio en algunos casos) tan amplio que les otorga el poder argüir esto para finalmente caducar sin verdaderos motivos las matriculas de aquellos estudiantes que, por motivos de indisciplina, simplemente quieren que no continúen en sus colegios.

Ya que este acoso es de difícil identificación, tienen toda la intención de no dejar rastro o huella del acoso, para hacer notar al acosado, o mobbed, como un incompetente o problemático, y, de paso, no poder ser acusados de nada, debido a la difícil demostrabilidad de una agresión de tipo psicológico.

Entre algunas de las estrategias ya reconocidas e identificadas por padres de familia, encargados y apoderados legales sobre este tipo de acoso estarían:
·        
  •      Gritar o avasallar al estudiante cuando está solo o en presencia de otras personas.
  • ·         Amenazar de manera continuada al estudiante o coaccionarle.
  • ·         Quitarle áreas de responsabilidad ganadas por el estudiante e importantes para él.
  • ·         Modificar atribuciones o responsabilidades importantes sin decirle nada al estudiante que se las ganó.
  • ·         Tratarle de una manera diferente o discriminatoria, usar medidas exclusivas contra él, con vistas a estigmatizarlo ante sus compañeros u otros docentes.
  • ·         Retener información crucial para su evaluación de desempeño o manipularla para perjudicarle.
  • ·         Infravalorar o no valorar en absoluto el esfuerzo realizado por el estudiante, negándose a evaluar periódicamente su trabajo o hacerlo maliciosamente para perjudicarle.
  • ·         Ignorar sus éxitos evitando dejar constancia de ellos para perjudicar su evaluación de desempeño o de personalidad.
  • ·         Monitorizar o controlar malintencionadamente su trabajo con vistas a atacarle o a encontrarle faltas o formas de acusarle de algo.
  • ·         Castigar duramente o con estándares distintos que al resto de sus compañeros.
  • ·         Invadir la privacidad del estudiante acosado interviniendo o vigilando sin autorización su MSN, sus conversaciones, su fotolog, su facebook, twitter, etc.
  • ·         Animar a otros compañeros a participar en cualquiera de las acciones anteriores mediante la persuasión, la coacción o el abuso de autoridad, etc.



Las consecuencias para el estudiante acosado van desde conseguir que no quiera asistir a clases o que de él mismo nazca el deseo de ser transferido de institución educativa. El principal objetivo de este acoso psicológico que es el excluirle de manera exprofesa e impunemente del establecimiento hasta:
·         
  •        El lento deterioro de la confianza en sí mismo y en sus capacidades.
  • ·         Un proceso de desvaloración personal.
  • ·         El desarrollo de la culpabilidad del estudiante ya que muchas veces la propia familia suele cuestionar su comportamiento.
  • ·         Somatización del conflicto: enfermedades físicas.
  • ·         Insomnio, ansiedad, estrés, irritabilidad, fatiga, cambios de personalidad, problemas familiares, depresión.
  • ·          Bajas en el rendimiento académico que el acosador suele aprovechar contra del estudiante.
  • ·         Aumento de la conflictividad con la familia. 
  • ·         Falta de apoyo de los familiares ante los intentos del alumno de denunciar la situación para buscar ayuda.
  • ·         Estigmatización social en el resto de los establecimientos a los cuales puede acceder el estudiante.


Increíblemente estos estudiantes no necesariamente son los que tienen peor rendimiento académico si no que todo lo contrario, generalmente estos niños:
  • ·         Tienen mayor probabilidad de ser envidiados por sus características personales, sociales o familiares (inteligencia, apariencia física, etc.).
  • ·         Este tipo de acoso escolar suele afectar a estudiantes perfectamente capaces y creativos. Muchas veces destacan sobre sus pares.
  • ·         En otros casos se debe a haberse resistido el estudiante a participar, colaborar con algo que le exigen sus profesores o la directiva del colegio tal como delatar a un compañero o andar de “sapo” para acusar a sus amigos, etc.
  • ·         Otro perfil es el de aquellos que presentan un exceso de ingenuidad y buena fe.
  • Es muy frecuente que también se seleccione al estudiante de entre quienes presenten un factor de mayor vulnerabilidad personal, familiar o social (víctimas de problemas familiares, etc.). En estos casos la posibilidad de hacer frente a los acosadores disminuye, viéndose facilitada la impunidad de éstos.


·         Muchos de estos estudiantes, suelen tener valores y principios claros, honradez y rectitud, así como con un alto sentido de la justicia. Suelen ser estudiantes con alguna característica que los distingue (divertidos, atractivos, extrovertidos, etc.). Estudiantes altamente capacitados, populares, líderes natos, con una elevada sensibilidad o comprensión del sufrimiento ajeno. Estudiantes con situaciones personales o familiares altamente satisfactorias.

Finalmente y lamentablemente, lo más probable es que las características de los docentes o superiores acosadores dentro del establecimiento coincidan plenamente con las características que otorga la definición para los acosadores de mobbing laboral.

 No olvidemos que ellos, los acosadores, se aprovechan de su estatus como jefe inmediato, docente, director o consejero para provocar el acoso psicologico contra su subalterno creando en él sentimientos incomodos que pueden evitar su desempeño optimo en sus labores diarias.

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