Por Walter Laitano
Este tema es bien controvertido pues nos ha pasado a cualquiera de nosotros en nuestros ambientes laborales y educativos, la confusion de terminos y que no existan un acuerdo entre teóricos para su conceptualización lleva a que no se puedan crear las bases legales para proteger a los trabajadores y estudiantes que lo han vivido y los que lo viven a diario.
Actualmente
uno de los acosos más de moda y que está siendo investigado en muchas esferas
sociales y en muchas instituciones ya sean empresariales y últimamente en el
aula de clase es el Moobing o Acoso Psicológico. La inclusión de este término en la vigesimoprimera edición del
Diccionario de la Lengua Española coloca en el relieve que se trata de una
pauta con actuaciones importantes en el habla y se utiliza con el anglicismo
porque es el que ha abierto brecha en las estructuras mentales, lingüísticas y
jurídicas de muchos países del mundo especialmente en los de habla hispana.
Este tipo de
acoso proviene del término inglés “mobbing”
que es el gerundio de “to mob”, que literalmente significa “atacar”
(Bosqued-Lorente, 2004). Existen diferentes designaciones para esta clase de
acoso como el llamado “acoso laboral” o “acoso psicológico en el trabajo”, ya
que de allí se inicio su estudio, “acoso institucional” porque se desarrolla en
los ambientes de instituciones empresariales y educativas, “psicoterrorismo”,
pretende crear un terror psicológico en la victima.
Leyman
(1996) citado por López-Cabarcos, Picón-Prado y Vázquez-Rodríguez, define el
Mobbing como:
Comunicación hostil y desprovista de
ética que es administrada de forma sistémica por uno o unos pocos individuos,
principalmente contra un único individuo, quien, a consecuencia de ello, es
arrojado a una situación de soledad e indefensión prolongada, a base de
acciones de hostigamiento frecuentes y persistentes (definición estadística: al
menos una vez por semana) y a lo largo de un prolongado período (definición
estadística: al menos durante seis meses) (p. 168).
Leyman
expresa que para ser considerado como mobbing debe tener una frecuencia de al
menos un episodio de ataque semanal durante seis meses, así se excluye
conflictos pasajeros u otro tipo de problemas derivados de las relaciones
interpersonales, producto del estrés, incompatibilidad de caracteres o
simplemente por un mal día, que si bien, afectan el estado anímico del que
sufre dichos enfrentamientos, no constituye conducta de acoso psicológico.
Leymann además
es el responsable de la descripción operativa del mobbing diseñando un inventario (Inventario de acoso laboral de
Leymann), que consta de 45 actividades típicas del mobbing distribuidas en
cinco grandes apartados.
1. Limitar la comunicación
2. Limitar el contacto social
3. Desprestigiar su persona ante sus compañeros
4. Desprestigiar y desacreditar su capacidad profesional
y laboral
5. Comprometer la salud
Este acoso
nace principalmente en el área laboral, desde tiempos inmemorables, el ser
humano ha tratado de mantener bajo su control a otras personas a punta de arma
y cañón, provocando miedo, no obstante, es hasta finales del siglo pasado que
se vuelve objeto de estudio, especialmente en España y en otros países de
Europa. Jesús Morat Vidal (2002) en su estudio “Incidencia del Mobbing o acoso
psicológico en España” encuentra que 1 de cada 3 trabajadores activos
manifiesta haber sido víctima de maltratos a lo largo de su experiencia laboral,
siendo los jefes o supervisores los principales actores de tal acoso con el
70,39%, los mismos compañeros con un 26,06% y con un 3,55% los subordinados, el
16% manifiesta ser objeto de mobbing durante los últimos seis meses con una
frecuencia semanal.
España junto
a Francia se convierte en una de las principales naciones de mundo que, a
partir de la década de los noventa, empieza a buscar la forma de legislar y
tipificar como delito al Mobbing, algo que la sociedad sueca ha logrado
declarándolo como “recurrentes acciones reprobables o claramente hostiles
frente a un trabajador o trabajadores”, en un proyecto de ley italiano se
define como "los actos y comportamientos llevados a cabo por el
empresario, o por los sujetos que tengan una posición jerárquicamente superior
o igual grado o categoría en el conjunto de los trabajadores, hechos con el
propósito de dañar a un trabajador con carácter sistemático, de modo perdurable
y clara determinación"
José Vicente
Rojo y Ana María Cervera, en su obra “El mobbing o acoso laboral” (2005),
proponen dos orígenes distintos del surgimiento del mobbing en los centros de
trabajo, el primero es el que se inicia por un acosador o grupo de acosadores
ante la víctima o víctimas, debido a que la persona acosada es diferente a ellos,
tal diferencia puede radicar en que la víctima sea más brillante o de un alto
perfil al ser más reconocida socialmente o simplemente porque quiera hacer las
cosas con una nueva forma, innovando y creando nuevas formas, en resumidas
cuentas puede ser inducida por la poca autoestima del acosador y la envidia de
no poder realizar las cosas a la medida del acosado. El segundo origen se da
siguiendo órdenes de los superiores, no solo del jefe inmediato superior, sino
que, además, de la empresa en sí para lograr la “renuncia voluntaria” por parte
del acosado y no reconocerle sus derechos laborales adquiridos después de un
despido injustificado y premeditado.
La mayoría
de las investigaciones coinciden en señalar que las víctimas del acoso laboral,
son personas con elevado sentido de la ética que en muchos casos han renunciado
a mantener una postura y transigente con las situaciones injustas,
propias o del entorno. También se han destacado otras características como
autonomía, alta cualificación, empatía, popularidad, etc., a la vez que cierta
ingenuidad y dependencia afectiva. Estos rasgos
probablemente actúan como desencadenantes de los comportamientos de acoso, al
ser percibidos como amenazantes por
miembros de la organización (jefes y/o compañeros, principalmente).
El acosador
de tal acoso contiene unos rasgos característicos, de los cuales los más
habituales son la mediocridad, envidia, narcisismo, necesidad de control,
inseguridad, oportunismo, falta de transparencia..., algunas descripciones
sitúan estos rasgos en el ámbito de la psicopatología (rasgos narcisistas,
paranoides y psicopáticos principalmente).
El mobbing académico o acoso
académico
En las
últimas dos décadas se ha empezado a estudiar el mobbing en otras esferas que
no sea la laboral, sino que, en instituciones educativas donde se encuentran
una serie de abusos por parte de los docentes hacia sus estudiantes,
argumentando su “libertad de cátedra”, para poder menospreciar el trabajo de
los educandos. En varios
países europeos la mala praxis por parte de los catedráticos y su
“pedantería” al creer que como docentes
todo lo saben, todo lo pueden y todo lo controlan, ha generado gran malestar en
la comunidad estudiantil donde múltiples denuncias se hacen diariamente en los
comisionados estudiantiles de derechos humanos para realizar las
investigaciones del caso y hacer las correcciones necesarias.
Iñaki Piñuel
y Araceli Oñate (2007) en su obra investigativa “Mobbing Escolar” definen el
mobbing escolar como:
El concepto de mobbing escolar puede
traducirse de manera correcta al español como “acoso psicológico” o “acoso
escolar”. Representa la conducta de maltrato y falta de respeto al niño o a la
niña que viola su derecho reconocido de gozar un entorno escolar libre de violencia
y hostigamiento. (s.p.)
Cabe aclarar
el término que podrían causar cierta confusión o controversia, en el caso
particular, del bullying, el cual es el acoso físico y psicológico que sufren
los estudiantes por parte de sus pares o de compañeros del mismo colegio pero
de diferente grado, no obstante, hay teóricos como D´Olweus, que no está de
acuerdo con dicha acepción por no ser muy adecuada desde un punto de vista
lingüístico y aduce que es importante incluirlo en el concepto de mobbing o en
el que traducimos por amenazas y acoso entre escolares. Posición no tan
aceptada entre teóricos que aducen que, aunque tengan las mismas
características y mismos resultados, los acosadores, en efecto, son diferentes.
El bullying
presenta características visibles que los padres de familia y maestros pueden
fácilmente detectar, aunque algunos como los nickname o apodos son muy comunes
pueden no levantar sospechas, sin embargo, otros como el robo de dinero y
libros, las amenazas, el ser elegidos por últimos en los equipos de juego y la
dificultad de hablar en clase, donde se aíslan de todos y de todo.
En casa la
detención de este tipo de acoso no siempre es platicando con el niño o joven
afectado por su temor a que el ciclo de violencia aumente significativamente,
no obstante, como lo expresa D` olweus el hecho de observar que regresan a la
casa de la escuela con la ropa rota o con los libros rotos, van y vienen de la
escuela por un camino ilógico, son indicios que algo extraño sucede en su
entorno escolar.
Sukling y Temple (2006) proponen que la vigilancia durante el recreo es
la forma más adecuada de cuidar de los educandos y evitar algunos episodios de
bullying y aunque, puede convertirse en un momento de angustia para el
profesorado que tienen que escuchar los problemas de los estudiantes en un
patio de recreo ruidoso y ajetreado esto se convierte en un reto.
Los
profesores Oñate Cantarero y Pinuel y Zabala en un estudio realizado en España,
proponen 8 modalidades de acoso escolar determinando la siguiente incidencia:
1. Bloqueo social (29,3%)
2. Hostigamiento (20,9%)
3. Manipulación (19,9%)
4. Coacciones (17,4%)
5. Exclusión social (16,0%)
6. Intimidación (14,2%)
7. Agresiones (13,0%)
8. Amenazas (9,1%)
Ante tal
situación la investigación lleva a pensar en una punta de Iceberg donde existe
un 10% de agresiones que son observables, no solo por el padre de familia, sino
que de todo el personal docente, sin embargo, la parte más grande del Iceberg,
o sea, el 90% que corresponde a lo que no es observable como el hostigamiento,
amenazas, intimidación, coacciones, exclusión social, bloqueo social y
estigmatización. Tales acciones llevan al niño o al joven a no denunciar a su
agresor, previendo un posible ciclo de violencia con mayor intensidad para
evitar ser parte del hazme reír, burlas y venganza generalizada.
En este
contexto es que se crea el concepto de “AVE” acoso y violencia escolar, que
contiene el matonismo o bullying que conlleva violencia física (agresiones),
intimidación física (amenazas e intimidación) sumado la violencia psicológica o
mobbing que conlleva la violencia verbal (hostigamiento verbal y coacciones) y
violencia social (exclusión social, bloqueo social y manipulación social).
Siguiendo el
concepto de AVE el mobbing causa daños invisibles, específicamente en la
psiquis del afectado, en su conducta hacia todos y todo. Los daños físicos
representarían el 10% ya sea por heridas o golpes y el 90% representa el daño
psicológico como ser, estrés postraumático, depresión, somatizaciones,
ansiedad, ideación suicida, cambios en la personalidad, disminución de la
autoestima, etc.
Aunque los
calificativos anteriormente descritos son aplicables al bullying, son los
mismos resultados que se obtienen con aquellos que viven constantemente acoso
escolar o académico por parte de un catedrático, ya que ellos provocan ansiedad
por parte del estudiante por la forma de hacerle algún cuestionamiento sobre la
clase o al momento de calificarle un trabajo o un examen, además de sentirse
amenazado(a) por el docente si este llega a decir algo a sus padres.
Lo que hace
difícil la identificación de este tipo de agresión, es en resumidas cuentas,
que se trata de un abuso de poder ejercida por un catedrático hasta por
directivos, por lo que, al abordarlo, puede causar cierta protección por parte
de las autoridades de la institución, y es allí, donde el conflicto se agrava,
ya que se está hablando de las personas a las que se les ha entregado la
educación de los hijos.
La cantidad
de padres y educandos capaces de identificar y denunciar el mobbing académico,
son pocos y la interrogante que nace es ¿Por qué? Interrogante que tienen una
respuesta simple, porque sienten que no serán escuchados. Los docentes
esconden su abuso con las llamadas “medidas disciplinarias” la que hoy en día
le permite a los colegios un rango de criterio (o descriterio en algunos casos)
tan amplio que les otorga el poder argüir esto para finalmente caducar sin
verdaderos motivos las matriculas de aquellos estudiantes que, por motivos de
indisciplina, simplemente quieren que no continúen en sus colegios.
Ya que este acoso es de difícil identificación, tienen toda la intención
de no dejar rastro o huella del acoso, para hacer notar al acosado, o mobbed,
como un incompetente o problemático, y, de paso, no poder ser acusados de nada,
debido a la difícil demostrabilidad de una agresión de tipo psicológico.
Entre
algunas de las estrategias ya reconocidas e identificadas por padres de
familia, encargados y apoderados legales sobre este tipo de acoso estarían:
·
- Gritar o avasallar al estudiante cuando está solo o en presencia de otras personas.
- · Amenazar de manera continuada al estudiante o coaccionarle.
- · Quitarle áreas de responsabilidad ganadas por el estudiante e importantes para él.
- · Modificar atribuciones o responsabilidades importantes sin decirle nada al estudiante que se las ganó.
- · Tratarle de una manera diferente o discriminatoria, usar medidas exclusivas contra él, con vistas a estigmatizarlo ante sus compañeros u otros docentes.
- · Retener información crucial para su evaluación de desempeño o manipularla para perjudicarle.
- · Infravalorar o no valorar en absoluto el esfuerzo realizado por el estudiante, negándose a evaluar periódicamente su trabajo o hacerlo maliciosamente para perjudicarle.
- · Ignorar sus éxitos evitando dejar constancia de ellos para perjudicar su evaluación de desempeño o de personalidad.
- · Monitorizar o controlar malintencionadamente su trabajo con vistas a atacarle o a encontrarle faltas o formas de acusarle de algo.
- · Castigar duramente o con estándares distintos que al resto de sus compañeros.
- · Invadir la privacidad del estudiante acosado interviniendo o vigilando sin autorización su MSN, sus conversaciones, su fotolog, su facebook, twitter, etc.
- · Animar a otros compañeros a participar en cualquiera de las acciones anteriores mediante la persuasión, la coacción o el abuso de autoridad, etc.
Las consecuencias para el estudiante acosado van desde conseguir que no
quiera asistir a clases o que de él mismo nazca el deseo de ser transferido de
institución educativa. El principal objetivo de este acoso psicológico que es
el excluirle de manera exprofesa e impunemente del establecimiento hasta:
·
- El lento deterioro de la confianza en sí mismo y en sus capacidades.
- · Un proceso de desvaloración personal.
- · El desarrollo de la culpabilidad del estudiante ya que muchas veces la propia familia suele cuestionar su comportamiento.
- · Somatización del conflicto: enfermedades físicas.
- · Insomnio, ansiedad, estrés, irritabilidad, fatiga, cambios de personalidad, problemas familiares, depresión.
- · Bajas en el rendimiento académico que el acosador suele aprovechar contra del estudiante.
- · Aumento de la conflictividad con la familia.
- · Falta de apoyo de los familiares ante los intentos del alumno de denunciar la situación para buscar ayuda.
- · Estigmatización social en el resto de los establecimientos a los cuales puede acceder el estudiante.
Increíblemente estos estudiantes no necesariamente son los que tienen
peor rendimiento académico si no que todo lo contrario, generalmente estos
niños:
- · Tienen mayor probabilidad de ser envidiados por sus características personales, sociales o familiares (inteligencia, apariencia física, etc.).
- · Este tipo de acoso escolar suele afectar a estudiantes perfectamente capaces y creativos. Muchas veces destacan sobre sus pares.
- · En otros casos se debe a haberse resistido el estudiante a participar, colaborar con algo que le exigen sus profesores o la directiva del colegio tal como delatar a un compañero o andar de “sapo” para acusar a sus amigos, etc.
- · Otro perfil es el de aquellos que presentan un exceso de ingenuidad y buena fe.
- Es muy frecuente que también se seleccione al estudiante de entre quienes presenten un factor de mayor vulnerabilidad personal, familiar o social (víctimas de problemas familiares, etc.). En estos casos la posibilidad de hacer frente a los acosadores disminuye, viéndose facilitada la impunidad de éstos.
·
Muchos
de estos estudiantes, suelen tener valores y principios claros, honradez y
rectitud, así como con un alto sentido de la justicia. Suelen ser estudiantes
con alguna característica que los distingue (divertidos, atractivos,
extrovertidos, etc.). Estudiantes altamente capacitados, populares, líderes
natos, con una elevada sensibilidad o comprensión del sufrimiento ajeno.
Estudiantes con situaciones personales o familiares altamente satisfactorias.
Finalmente y lamentablemente, lo más probable es que las características
de los docentes o superiores acosadores dentro del establecimiento coincidan
plenamente con las características que otorga la definición para los acosadores
de mobbing laboral.
No olvidemos que ellos, los acosadores, se aprovechan de su estatus como jefe inmediato, docente, director o consejero para provocar el acoso psicologico contra su subalterno creando en él sentimientos incomodos que pueden evitar su desempeño optimo en sus labores diarias.